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MUNDO
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MILLONES DE CORAZONES VALLECAUCANOS VAN LATIENDO
POR LAS CALLES DEL MUNDO
Por Jairo Pulgarín
Tres millones de vallecaucanos deambulamos hoy
por el mundo, lejos de nuestra región, añorando
el abrazo de una brisa de montaña después de las
4 de la tarde, soñando con el dulce olor de una
caña, de un trapiche, o de un moscorrogio.
Y así seguimos, recordando el murmullo de nuestros
ríos: de un Amaime, de un Yumbo, de un Frayle,
de un Pance, de un Queremal, de un Tuluá o de
un Bolo.
Admitiendo que la nostalgia nos alcanza para recordar
las bellas rondas del Río Cali, las caras del
Museo Rayo en Roldanillo o los prados de La Tertulia
en Cali, los insufribles viajes por las calles
de Cali a bordo de un Crema & Rojo o un Azul Plateada
oyendo la salsa del Diablo Cajiao.
Son solo añoranzas es cierto, pero son añoranzas
que se alimentan de los más bellos momentos de
nuestra infancia, de nuestra adolescencia o de
nuestra madurez por Cali y por el Valle del Cauca.
Cómo olvidarnos del aire señorial y melancólico
de La Merced, o de las noches de locura en los
sótanos de la Calle del Pecado.
Quién se puede negar un espacio para reincidir
en las escapadas a la Loma de la Cruz o a San
Antonio. Quién no se enternece con los recuerdos
de las iguanas merodeando por los parques.
Así es el Valle del Cauca. Un Valle de nostalgias
y de recuerdos. La lista apenas empieza. Usted
está invitado a completarla.
¿CUÁLES
SON NUESTROS MEJORES RECUERDOS DEL VALLE DEL CAUCA?
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