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LOS HÁBITOS DE CARLOS PALAU: DISCIPLINA FERREA Y EXIGENTE.
Ni los 7 años que el reconocido director caleño Carlos Palau vivió en París educado por Michel Focault, le hacen olvidar su vida en el Valle del Cauca. Tampoco amores como Katmandú, Vanarasi, Estambul, Marrakech, Essaouira, Kyoto, Sidi Bousaid en Tunez, La isla de Patmos en Grecia, le borran sus mocedades por Tulúa, donde se hizo novillero a los 15 años. ''Tuve mi primera corrida en Alcalá Valle, donde el toro casi me mata'' relata. Además en el corazón del Valle descubrió el cine a través del Santo, el Enmascarado de Plata, y películas del gran luchador Mexicano, que lo cautivaron.
Y son tantos los gratos recuerdos que guarda de esa época en el Valle, que los plasmó en su película A la Salida nos Vemos. '' Las primeras imágenes de lo que sería esta película me llegaron a la mente en la India, donde viví un año en 1978. Poco a poco llegaron los recuerdos de mi colegio en Tuluá, Los Salesianos, al otro lado del planeta!Al volver a París comencé a escribir el guión, que terminaría la primera versión en New Cork, para el año de 1981.Después de muchos contratiempos y de 6 gerentes de antiguo Focine pude llevar a pantalla en 1985 estos recuerdos de mi adolescencia .La filmé en Tuluá y Cali.
El más reciente film de Carlos Palau es Hábitos Sucios, una historia sobre el drama de la religiosa Leticia López, quien fuera acusada por el asesinato de una de sus compañeras. ''Me encontraba viviendo en Madrid, España, cundo descubro en la primavera del 2000 la historia a través del Internet'' cuenta. Habitos Sucios fue filmada enteramente en el Barrio de La Candelaria en Bogotá.
A fines de los años 60 Carlos andaba de rumba con el suicida Andrés Caicedo, a punta de ron, vino tinto y todo eso de Que Viva la Música, los Billos Caracas Boys, Lucho Bermudez, Leo Dan, Glibert Becaud, Herve Vilard, Los Four Brothers, y lo que aguantara el tímpano la maravillosa pachuqueria de la época, como el la llama.
En Cartago pasó gran parte de su infancia, de la cual recuerda con cariño los paseos a los que el Maestro Tejadita lo llevaba al Charco del Burro, y todas esas navidades que pasaba en familia y los almuerzos semanales en la casa de su madre y sus tías. ''Una de ellas, fue la eterna novia de Tejadita, hasta que se casó, antes de traer de Bogotá su Gato. Donde lo fundió grabé con Tejada un documental del el último proceso de la inmortal escultura antes de salir para Calí. Fue la última vez que le vi'', recuerda.
El Santo contra la Momia Azteca es la primera película que recuerda.´´La ví en el maravilloso teatro Sarmiento, en Tulúa. Fue una revelación''. Después vino el refinamiento, un túnel al delirio por la actriz Ava Gardner en la Noche de la Iguana, del cineasta John Huston, y por supuesto la admiración, o el culto, por el cine de los directores japoneses Kenji Mizoguchi, Ozu y Kurosawua. ''A Mizoguchi lo considero el más grande artista del cine de todos los tiempos'' afirma. Y todavía más adoración por el cine oriental: Cuentos de la Luna Vaga y La calle de la amargura de Mizoguchi, y Raschomon del director Akira Kurosawa, películas que deberían tener en cuenta los cinéfilos.
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Hábitos Sucios logró gran reconocimiento, por los comentarios de la crítica, por la actualidad del suceso y por el aplauso del público. ''Decidí hacer la película sobre esta religiosa y recogí el expediente de la Fiscalía, unas 4 mil paginas que nos toma unos buenos meses de estudio en Madrid junto con mi mujer, Angela Marken. El 13 de julio del 2001 regresamos del todo a Colombia a ponernos al frente de la producción de Hábitos Sucios, y su rodaje comienza el 1 de mayo del 2003'', rememora. El rodaje tardó tan sólo 27 días después de 4 meses de preproducción. Su película fue producida con un presupuesto modesto y con tan solo tres copias. ''La película la han visto casi unas 20 mil personas en Colombia. He podido asistir a casi la totalidad de ciudades donde se ha presentado y realizar con el público enriquecedores diálogos donde he constatado la aceptación y reconocimiento a nuestro trabajo, sobretodo al valor de haber denunciado los atropellos que contra esta monja, Leticia López, cometió la justicia Colombiana al haberla condenado injustamente por un crimen que no cometió'', asegura.
Lo que me deja el cine de Cali. El Sueño del Paraíso:
''Una relación gratísima. Ahora que comienzo un nuevo proyecto cinematográfico he encontrado en Cali, donde habré de vivir los próximos dos años, un gran apoyo por parte de Juan Carlos Romero, Luis Frenando Ronderos y la Universidad Autónoma, quienes nos ofrecieron una ayuda valiosísima que consiste en la posproducción de imagen y sonido, equipos de cámaras, luces, estudio, equipo humano. Es un volver a la tierra de la mano de seres maravillosos que nos tendieron su mano en nuestra nueva película, El Sueño del Paraíso , la historia de la inmigración Japonesa al Valle del Cauca en los años 20 y 30.
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